
Tema musical: "para la guerra nada" Martha Gómez

La policromía del espejo:
Una narrativa pictórica de la violencia colombiana
Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Facultad de Ciencias y Educación.
Licenciatura en educación básica con énfasis en Humanidades y Lengua Castellana
Laura Paola Fajardo Leal.
20122160059.
Alejandro obregón
(1920 - 1992)
La mayor parte de la obra de Obregón es un universo policromático de formas. Independientemente de haber nacido en tierras españolas su obra tiene un vínculo profundo con la tradición colombiana. Obregón subyace en lo familiar, natural, íntimo, paupérrimo, floral y excéntrico.
La emotividad y el juego entre lo ilusorio y lo realista impregnan de aromas cada uno de sus cuadros. “Alcanza en la pintura lo que su amigo García Márquez en la literatura, la expresión de lo real maravilloso”
“Se ha dividido su evolución en cuatro periodos: los dos primeros, de 1944 a 1948 y de 1949 a 1954, de formación y búsqueda de un estilo personal; el tercero, de 1955 a 1967, de madurez. Ha ganado en dos ocasiones (1962 y 1966) el Primer Premio de Pintura en el Salón Nacional de Colombia, con lo que ha obtenido el reconocimiento internacional. De esta época son sus series de Toros, Cóndores, Mojarras y Barracudas. El cuarto periodo, que va desde 1966 hasta su muerte, es considerado por la crítica de decadencia. Además de pinturas de caballete realizó murales, como el de la biblioteca Luis Ángel Arango, en 1959. Así mismo realizó obras donde se expresaba la crisis que ha vivido el país, como Violencia, Premio Nacional de 1962.”
Sus obras “Masacre 10 de abril” y “muerte a la bestia humana” son una suprema expresión de la violencia. Es resultado de varios bocetos que son inspirados en los sucesos del bogotazo y la muerte de Gaitán. No es gratuito que entre rostros y cuerpos sobresalga la imagen de un niño pequeño, sinónimo de la barbarie que adoptan las generaciones venideras en nuestro país. En cuanto a la segunda pintura es evidente el cómo la bestia asesina desfallece con su arma en la mano. La muerte no discrimina los actos en vida. Obregón presencia la insurrección popular del asesinato del jefe liberal. Evidencia el saqueo de la capital colombiana al igual que en Barranquilla e Ibagué. Los gaitanistas linchan al asesino del caudillo y con machetes y armas intentan llegar al palacio presidencial. Es estremecedor las decenas de cadáveres. La mayoría tuvieron que ser enterrados en fosas comunes.”
“El aporte de Obregón a la concepción del paisaje en el arte también está ligada a varios aspectos entre los que cabe mencionar los siguientes: la presentación de una visión más rica y matizada del trópico; la transformación de la naturaleza en un espacio para la gestualidad pictórica y la expresión de emociones; el replanteamiento de la interdependencia entre la naturaleza, la cultura y los aspectos sociales y políticos y ya no como mera contemplación o satisfacción estética por sí misma. Puede afirmarse –por consiguiente- que Obregón logró una visión inédita del paisaje, porque pasó de una visión contemplativa de la naturaleza, que había prevalecido en el arte colombiano hasta incluso la primera mitad del siglo XX, para construir una nueva relación del paisaje con la cultura.” (Wenger, s.f)
Consideraciones acerca de “violencia” de Alejandro Obregón
(“Violencia” hace parte fundamental en el proceso de concepción de este trabajo. En una de mis usuales visitas a los museos del centro de Bogotá surgió el propósito que sustenta este proyecto de investigación. Como hecho anecdótico podría decir que sentarme por largo tiempo frente a “violencia” en el Museo del Banco de la República un día cualquiera, pasó a ser de un hábito y una necesidad continua a ser un paso para recrear la esencia del presente trabajo. A partir de ahí, todo el proyecto giró en torno al contenido subyacente en la obra de Obregón y más precisamente en su obra más representativa).
“La relación entre el cuerpo de la mujer y el paisaje como escenario de Violencia surgió de una asociación que se realiza en México, donde existe un volcán con nombre de mujer desnuda. Es una cordillera que sugiere formas yacentes. De la misma manera 'Violencia' podría asimilarse a una mujer asesinada que asemeja la cordillera del Quindío.” (“Alejandro Obregón habla de su pintura” Entrevista con Javier Auqué Lara. El Tiempo, Bogotá domingo 29 de julio de 1962. Primera página). .
Es importante destacar el cómo Obregón juega intensivamente a lo largo del proceso creativo de “violencia” con lo simbólico y lo real. “Violencia” es Obregón, y ello implica reconocer a través de su obra, quién es Obregón y quién es el ser humano que se esconde tras una paleta de colores, un caballete y un lienzo. Obregón conoce a ojo vivo y crítico la barbarie y el conflicto colombiano.
“Obra contundente, rigurosa y clara, Violencia es una pintura atípica en la trayectoria de Obregón. No se prodiga en colores, no es de formas profusas y tiende a la unidad, no a la dispersión. Pintada en 1962 en Barranquilla, corresponde a un período del quehacer obregoniano que en su momento el mismo artista consideró barroquizante, término que simplemente designaba la multiplicidad de elementos en juego (piénsese si no en la significativa variedad de brochazos, colores, texturas y planos de cualquier Torocóndor o de Flor carnívora)”. (Medina, s.f)
“Violencia” no es producto de un hecho específicamente, por el contrario, narra todo un compendio de historias en una sola obra, en un solo rostro, en un solo cuerpo. Obregón, rompe con “violencia” el imaginario de temporalizar la violencia y situarla en un año específicamente.
“Violencia, el óleo que pintó Alejandro Obregón en 1962 y que hoy pertenece al Banco de la República, es para los colombianos lo que Guernica o El grito son para el mundo: imágenes que resumen el horror, la desesperanza, la barbarie de que es capaz el ser humano. El cuadro muestra el cadáver de una mujer encinta. Está envuelta en sombras (ella misma es un conjunto de sombras) vecinas de un gris tenue que recuerda más un sudario que un amanecer.” (Pizano, 2014)
“violencia” ha conducido a Obregón a través de la historia por el camino de aquello que es invisible a los ojos. Colombia es una mujer muerta y embarazada, Colombia es matizada en tonos opacos y lúgubres. “Violencia” podría ser sin lugar a dudas la pintura más importante en la historia nacional, su gran acogida crítica le otorgó el primer premio del XIV Salón Nacional de Artistas en 1962, (coincidencialmente el mismo año en el cual se inauguró el Museo de Arte Moderno de Bogotá.
Masacre 10 de abril
1948.
Óleo sobre tela.
(65 x 120 cm)
Muerte a la bestia humana
1983.
Acrílico sobre lienzo
(150 x 150 cm)


